Cultura Galega Adiós, ríos; adiós, fontes; adiós, regatos pequenos; adiós, vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos. (Rosalía de Castro) Comería a túa alma coma quen come un ovo doce novo, perfecto microcosmos no seu óvalo de nacre. (Estíbaliz Espinosa) Idioma meu, homilde, nidio, popular, labiego, suburbial e mariñeiro, que fas avergoñar ó burgués, ó señorito i o tendeiro. (Manuel María Fernández) Ás veces fáltannos palabras e ás veces sóbrannos, ás veces fáltanos o tempo de dicilas e ás veces pásanos o tempo de calalas. (Baldo Ramos) Os soños cantan coa gorxa xeada, como esclavos fan tocar os tambores. (Manuel Rivas) Mexan sobre nós e temos que dicir que chove. (Castelao) Díxenlle á rula: Pase miña señora! E foise polo medio e medio do outono por entre as bidueiras sobre o río. (Álvaro Cunqueiro)

La corona de fuego


La corona de fuego es una leyenda medieval perteneciente a Monforte de Lemos y su comarca. Todo gira en torno a un pasadizo subterráneo que vendría uniendo el palacio condal de Monforte de Lemos con la iglesia de San Vicente del Pino durante una ausencia del Conde de Lemos que había partido a cumplir con encomiendas reales. 
Palacio condal de Monforte de Lemos.
El abad del Monasterio benedictino de San Vicente, se habría servido del corredor para mantener un romance con la hija del conde,  aunque algunas versiones dicen que se trataba de su esposa. Al retorno del conde, y enterado del lance amoroso, invitó al abad a una opípara comida y cuando ordenó que se trajesen los postres, un sirviente del conde trajo una corona de hierro al rojo vivo con la que coronó al abad, provocándole la muerte. En otra de las versiones la represalia tiene su origen en una disputa por la propiedad de ciertos terrenos y en alguna obra literaria era una negativa de los monjes a abrir el pasadizo. 
Conde de Lemos.
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