Ilustración de María Soliña
A principios del siglo XVI Cangas tenía un monasterio de monjas. De su puerto se extraían grandes cantidades de merluza, congrio y otras especies que se vendían frescos o se exportaban secos a varias provincias de España y del extranjero.
Un memorial del procurador Gerónimo Núñez relata cómo en el año 1617 una escuadra de piratas turcos llegó a la ría de Vigo desembarcando a dos mil hombres en Cangas, entre punta de Rodeira y punta Balea. La villa fue saqueada y quemada y con motivo de esta tragedia muchas mujeres perdieron el uso de la razón, siendo posteriormente juzgadas como brujas. La "caza de brujas" estuvo directamente provocada por el empobrecimiento general que siguió a la invasión turca de 1617. La pequeña nobleza vio descender sus rentas de manera alarmante, por lo que buscó por todos los medios los recursos necesarios para mantener su nivel de vida. La Inquisición, integrada casi exclusivamente por miembros de este grupo social, fue un eficaz medio para lograr su propósito. El objetivo primordial era arrebatar a ciertas personas sus "derechos de presentación" en capillas y "freguesías".
A pesar de que la villa tardó tiempo en recuperarse del desastre turco, a finales del siglo XVIII y principios del XIX, Cangas recuperó su importancia adquiriendo la capitalidad de la Península de O Morrazo aunque, con la división municipal de 1836, su influencia quedaría limitada.
Aunque se sabe que nació en el 1551, en la propia villa de Cangas, la fecha de su muerte se desconoce. No existe partida de defunción. Este último punto ha dado a la imaginación popular las alas necesarias para crear el personaje nunca muerto de María Soliña.
Se casó con Pedro Barba, un pescador de la villa. Este hombre llegó a poseer, aparte de su embarcación (una dorna), una empresa de manufactura de pescado. El matrimonio tuvo hijos, aunque se desconoce el número.
La familia Barba vivía en una casa de dos plantas de piedra en el centro de la villa, las típicas casas de patín de Cangas. María Soliño, por herencia, poseía varias fincas. Pedro Barba y su cuñado, hermano de María, habían creado una empresa entre ambos para pescar, manufacturar y exportar pescado de la ría.
Sin embargo, las posesiones más importantes de la familia eran los derechos de presentación de esta mujer en la Colegiata de Cangas de Morrazo y en la Iglesia de San Cibrán de Aldán.
Ilustración de María Soliña
Acusaciones contra María Soliño
Aunque la causa real fue su riqueza material en una época de bajas rentas para nobles y burgueses la acusación oficial ante el Tribunal del Santo Oficio de Compostela fue de brujería. Se basaban en los contínuos viajes de María, por la noche, a la playa, al lugar donde su marido y su hermano habían muerto luchando contra los turcos. El mar se habìa llevado los cuerpos sin vida y Marìa Soliño rezaba para que volvieran.
Implicación de María Soliño en la "Caza de Brujas"
Siendo como era una de las mujeres más ricas del pueblo, enseguida llamó la atención de los nobles. Nueve mujeres en total, entre ellas Soliño, fueron juzgadas y condenadas por diferentes acusaciones relacionadas con la brujería. Con los datos necesarios encontrados, y los que no, inventados, fue llevada a las cárceles secretas del Santo Oficio. Para disimular su reprobable propósito, los burgueses y la Inquisición mezclaron algunas mujeres que sí poseían derechos de presentación con otras que eran "pobres de solemnidad". Muchas de ellas se encontraban totalmente desamparadas, por haber quedado viudas tras los tristes sucesos de 1617.
Proceso Penal de María Soliño
María Soliña fue capturada y torturada en Santiago de Compostela hasta que confesó ser bruja desde hacía dos décadas. Requisaron sus bienes y derechos de presentación (que era el principal objetivo del Santo Oficio)y la condenaron a llevar el hábito de penitente por seis meses, pero no se sabe si murió antes o después del castigo, pues no hay acta de defunción. Por otra parte es presumible su muerte poco tiempo después de la tortura ya que, con setenta años, los daños físicos y psíquicos producidos en ella no podían dejar de notarse.
Por culpa de sus posesiones y la avaricia de los nobles María Soliño murió pobre y sola. Pero siempre se mantuvo en la memoria colectiva, aunque su imagen se haya deformado como bruja y loca.
Ilustración de María Soliña
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