Cultura Galega Adiós, ríos; adiós, fontes; adiós, regatos pequenos; adiós, vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos. (Rosalía de Castro) Comería a túa alma coma quen come un ovo doce novo, perfecto microcosmos no seu óvalo de nacre. (Estíbaliz Espinosa) Idioma meu, homilde, nidio, popular, labiego, suburbial e mariñeiro, que fas avergoñar ó burgués, ó señorito i o tendeiro. (Manuel María Fernández) Ás veces fáltannos palabras e ás veces sóbrannos, ás veces fáltanos o tempo de dicilas e ás veces pásanos o tempo de calalas. (Baldo Ramos) Os soños cantan coa gorxa xeada, como esclavos fan tocar os tambores. (Manuel Rivas) Mexan sobre nós e temos que dicir que chove. (Castelao) Díxenlle á rula: Pase miña señora! E foise polo medio e medio do outono por entre as bidueiras sobre o río. (Álvaro Cunqueiro)

La leyenda de la coca de Redondela


Redondela es un municipio de la provincia de Pontevedra, considerada desde antiguo una de las principales ciudades del sur de Galicia.

Un día de gran importancia en Redondela es la celebración de la procesión del Corpus Christi, en la que se mezclan aspectos religiosos y profanos. Al igual que en muchos otros lugares de Galicia y de España, el Corpus es una celebraciones con más participación y arraigo popular.

La tradición de la fiesta en Redondela combina la festividad cristiana, el Corpus propiamente dicho, con la festividad pagana, basada en la leyenda de la "Coca".

Cuando en Redondela no había más que un grupo de casas, apreció un monstruo con figura de reptil o de dragón marino que destrozaba todo lo que hallaba en su camino, y se apoderaba de las más bellas muchachas, ante la impotencia de lo vecinos. Las apariciones de la bicha eran inesperadas y devastadoras. En cuanto a su naturaleza, existen diferentes versiones; muchas señalan que venía desde el mar, concretamente desde el golfo de Rande teniendo grandes concomitancias con otras leyendas como la del monstruo del Lago "Ness".

La coca de Redondela

Las trampas que los lugareños preparaban para su defensa eran inútiles y la situación llegó a tal extremo que las doncellas de aldeas vecinas no quería casarse con ningún mozo de Redondela.

El único remedio que las gentes del pueblo hallaron para eliminar ésta constante amenaza fue el ataque. Para tal empresa se prepararon forjando largas espadas de doble filo. Con estas armas, se juramentaron para alcanzar la victoria y esperaron la venida del monstruo.

En el transcurso del singular combate se registraron numerosas bajas entre las gentes del pueblo, pero finalmente el monstruo fue muerto por un joven del pueblo que con gran arrojo, consiguió dar una estocada entre los ojos de la bicha. Fue grande la fiesta con la que se celebró la victoria y en ésta los mozos bailaban haciendo sonar su espadas, mientras que las mujeres, levantaban en hombros a sus hijas sin miedo a que el monstruo se las arrebatase.

En la procesión un monstruo con forma de dragón, se pasea por las calles precediendo a la comitiva y portado por jóvenes que reciben el nombre de "céntulos". Se combinan además la danza de las espadas y la de las "penlas", niñas que bailan sobre los hombros de fornidas mujeres, conocidas por el sobrenombre de "mulas".

La coca de Redondela

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