En Pontes de Gatín, Becerreá, Lugo, existe una leyenda que da nombre a un puente medieval y a su aldea.
Hay quien dice, que a una mujer embarazada se le apareció el demonio en forma de gato y le construyó un puente, para que esta, pudiese pasar con comodidad el río. Otros, que fueron los vecinos que le mandaron al diablo que les construyese un puente, a cambio, darían una vida.
Siendo el diablo consciente que en aquel momento, una mujer embarazada estaba a punto de dar a luz, impuso una condición. Su condición era que, una vez construido el puente, los vecinos tendrían que entregarle el primer ser que naciera en el lugar, por lo que los vecinos aceptaron y el diablo construyó el puente.
Unos días más tarde, la mujer estaba a punto de dar a luz, justo en el preciso instante que una gata también, por lo que los vecinos dijeron a la mujer que aguantase, y nació el "gatín", el cual, los vecinos entregaron al diablo, engañándolo de esa forma para que no se llevase al niño.
Desde entonces, al parecer, la aldea y el puente reciben dicho nombre en recuerdo por haber engañado al diablo.
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