Hoy os dejamos una entrada sobre
Rosalía de Castro, una poetisa y novelista española que escribió tanto
en lengua gallega como en lengua castellana. Considerada en la
actualidad como una escritora indispensable en el panorama literario del
siglo XIX, representa junto con Eduardo Pondal y Curros Enríquez una de
las figuras emblemáticas del Rexurdimento gallego, no solo por su
aportación literaria en general y por el hecho de que sus Cantares
Gallegos sean entendidos como la primera gran obra de la literatura
gallega contemporánea, sino por el proceso de sacralización al que fue
sometida y que acabó por convertirla en encarnación y símbolo del pueblo
gallego. Además, es considerada junto con Gustavo Adolfo Bécquer, como
la precursora de la poesía española moderna.
Rosalía de Castro
Nacimiento.
Rosalía
de Castro nació el 24 de febrero de 1837 en una casa situada a la
derecha del Camino Nuevo, antigua vía de entrada en Compostela para los
viajeros procedentes de Pontevedra. Fue bautizada la niña, pocas horas
después de su nacimiento, en la Capilla del Hospital Real, con los
nombres de María Resalía Rita, y como hija de padres incógnitos.
Niñez y mocedad.
Nada
en concreto sabemos de la educación de Rosalía, que en la escuela
primaria mostró ya aptitudes para verificar; Cultivaba estas dos
actividades artísticas, el dibujo y la música. Era aficionada a la
declamación, ya que en 1854 interpretó el papel principal del drama
Rosmunda, de Gil y Zárate, en el Liceo de la Juventud; y en el 1860, ya
casada, participó en una función dramática a beneficio de los heridos en
la campaña de Africa, también en Santiago. En ambas ocasiones alcanzó
éxito extraordinario.
Matrimonio.
Rosalía
de Castro contrajo matrimonio con Manuel Martínez Murgía el 10 de
octubre de 1858,en la iglesia parroquial de San Ildefonso. Al año
siguiente Rosalía da luz a su primera hija, Alejandra, a la que han de
seguir seis hijos más. El domicilio del matrimonio cambio muchas veces.
La vida de Rosalía se desenvuelve entre Madrid y Simancas, donde
escribió la mayoría de las composiciones de Follas novas.
Muerte.
Rosalía
nunca disfrutó de una buena salud. Ya de joven parecía predestinada a
una muerte temprana. Su vida estuvo seriamente amenazada a raíz de su
matrimonio. Luchando siempre con la enfermedad a menudo con la penuria,
muchas veces con los perjuicios, las incomprensiones y las injusticias
de la sociedad que le rodeaba, vivió consagrada a su hogar a sus hijos y
a su marido, sin aspirar a ninguna gloria recluida plenamente en la
vida privada. Durante dos años la consumió el cáncer y luego de tres
días de agonía falleció (15 de julio de 1885).
LA OBRA
Iniciación.
Compuso
sus primeros versos a la edad de 12 años. La Rosalía que a los 17 años
era figura destacada en la sociedad literaria del "Liceo de la
Juventud", se impregnó del ambiente romántico que entonces reinaba en
Santiago. Aurelio Aguirre era el príncipe de aquella juventud soñadora.
En su primer libro La Flor, registra huellas de Zorrilla, pues acusa una
sinceridad de sentimientos notable, y un sentimiento trágico de la
existencia. Al año siguiente de su matrimonio publica La Hija del Mar,
una novela romántica, de tendencia folletinesca, cuya acción se sitúa en
tierras de Muxía. Flavio, es también una narración romántica, pero la
acción folletinesca es sustituida por el interés sociológico, los
personajes principales están, dentro de su idealización, caracterizados
con relieve, y hay una carga de pasión poderosa que revela una fuerza
creadora de indudable autenticidad.
Madurez.
Dentro del mismo género, consideramos más interesantes entre sus obras: Ruinas y El Caballero de las Botas Azules.
Ruinas
es un cuadro de costumbres, centrado alrededor de tres tipos humanos,
tres habitantes de una pequeña villa, ejemplares por sus valores
espirituales, que se sobreponen a su decadencia social. El estilo es
llano, humor cordial, desengranado y generoso, agudamente satírico, se
cierne sobre todo el relato.
El
caballero de las botas azules, fantasía satírica. Confluyen elementos
de dos campos, por una parte, la libre imaginación y por otra, la sátira
realista de costumbres. Para poner la ridiculez, la hipocresía, la
locura y la ignorancia que reinaba en la sociedad. Presenta un afán por
castigar a las gentes de irresponsables y necias.
Follas
novas, es el título de su último libro que contiene su ontología, su
metafísica, no hay en ellos la menor intención didáctica, ni ningún
propósito filosófico. Rosalía desahoga su corazón en estos poemas que
revelan una visión sombría de la existencia humana. Pero su sinceridad,
testimonio de vivencias no enturbiadas en su comunicación por ganga de
inhibiciones o perjuicios. En este sentido son registros de una visión
de la vida de gran autenticidad.
En
los Cantares, Rosalía asume la voz del pueblo gallego. Su obra maestra
en castellano es, En las orillas del Sar, versos de tono íntimo, de
extraña penetración, cargados de nocturna belleza. Otras piezas de
literatura rosaliana son poesías sueltas, cuadros breves de costumbres,
artículos de revistas y un cuento en gallego.
CANTARES GALLEGOS.
Composición.
El
libro esta enmarcado entre los poemas 1 y 36, que son prólogo y
epílogo. Rosalía los pone en boca de una alegre muchacha campesina que
es solicitada para que cante a Galicia en lengua gallega, y al final se
excusan modestamente por la falta de gracia de su canción. Rosalía cede
la palabra a esta muchacha cantora la cede a su vez a distintos tipos
populares de los que se pueden distinguir hasta 3 yoes superpuestos: el
yo del personaje que hable, el de la muchacha cantora y el yo de
Rosalía.
El
tema amoroso puede desarrollarse mediante el dialogo del galán y la
niña, y así ocurre en los poemas 4, 26 y 27. También son diálogos, pero
no de amor los números 3 y 5. Hay un grupo de poemas de costumbres,
humos y sátira que aveces son claramente monologados, y otras pueden ser
considerados como expresión directa de la autora o de su pálida
intermediaria. Formamos este grupo con los números, 6, 7, 8, 13, 16, 20,
21, 24, 30, 32 y 34. Importancia capital para la significación del
libro tiene unos poemas de carácter social, números, 15, 17, 18, 28 y 29
puestos en boca de diversos personajes distintos de Rosalía, excepto el
28 donde Rosalía responde sin disfraz alguno a Ruiz Aguilera. La
"Alborada", 35, único poema que no se apoya en letra alguna, resulta por
eso extraño a la economía de los cantares. No supone ningún yo ficticio
como soporte vocal. Parece no estar regido por ninguna razón
estructural.
Métrica.
En
los cantares hallamos manifestaciones de dos sistemas métricos
distintos: el puramente rítmico, basado en la acentuación y el fundado
en el cuento de las sílabas. Pertenecen en principio al primero los
composiciones números, 1, 27, 30, 32, que utilizan el verso llamado de
muñeira. Dentro del sistema de sílabas contadas dominan las formas
populares de arte menor: romances de versos de 8, 7, 6 y 5 sílabas;
cantar popular; triadas y seguidillas.
Lengua.
La
lengua gallega había dejado de ser una lengua literaria y se había
reducido al uso oral. En los documentos oficiales también había ido
dejando de emplearse, no por imposición del castellano como lengua
oficial, sino como consecuencia de la invasión del país por la nobleza
forastera. Con la intervención de la potestad real para poner fin a las
luchas feudales, se acentúa la presencia en Galicia de autoridades y
escribanos castellanos. El idioma que tenían a su disposición los
iniciadores del Renacimiento romántico era una lengua dialectal
empobrecida. En esa lengua, escribió Rosalía es una lengua viva pero no
pura, influida por el castellano.
Intención.
Los
cantares gallegos no fueron escritos con una finalidad puramente
estética ni siquiera son producto de una mera actitud sentimental o
nostalgia ante el país nativo. La intención que persigue la autora es la
apología de su tierra y de su lengua. Se propone demostrar, que el
paisaje y las costumbres de Galicia son encantadores y que su idioma no
es el que groseramente parodian.
Critica.
La
crítica, española y extranjera, ha aceptado unánimemente los Cantares
como una obra maestra. Las reservas que en determinados momentos
suscitaron Follas novas y En las orillas del Sar, o el olvido en que
fueron envueltas las novelas de nuestra escritora no alcanzaron nunca a
la obra que estamos estudiando.
Si
los cantares adquirieron enseguida, y mantuvieron siempre su posición
de libro clásico dentro de la literatura gallega, no es menos cierto que
la evolución de las ideas literarias acabó por invertir, el orden de
valoración de las obras de Rosalía, colocando su lírica subjetiva en un
plano de interés más elevado y alejando los Cantares de la atención
crítica. Los Cantares se incuban en el clima del realismo naciente, aún
no desprendido de un cierto realismo romántico. Este clima persistió en
la literatura gallega hasta el final de la primera guerra mundial.
Rosalía proyectaba sus cantares gallegos como el reflejo poetizo de su
tierra. El libro nos presenta con gran riqueza la vida aldeana, que
Rosalía conocía muy bien. Los cantares no son fundamentalmente lírica
sino más bien épica, una epopeya popular de ambiente, con héroes
populares individuales que reflejan diversas facetas del héroe que es le
Galicia campesina. Se trata de una épica democrática, de la que esta
proscrita la clase señorial.
Cantares Gallegos de Rosalía de Castro de Murguia
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