Cultura Galega Adiós, ríos; adiós, fontes; adiós, regatos pequenos; adiós, vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos. (Rosalía de Castro) Comería a túa alma coma quen come un ovo doce novo, perfecto microcosmos no seu óvalo de nacre. (Estíbaliz Espinosa) Idioma meu, homilde, nidio, popular, labiego, suburbial e mariñeiro, que fas avergoñar ó burgués, ó señorito i o tendeiro. (Manuel María Fernández) Ás veces fáltannos palabras e ás veces sóbrannos, ás veces fáltanos o tempo de dicilas e ás veces pásanos o tempo de calalas. (Baldo Ramos) Os soños cantan coa gorxa xeada, como esclavos fan tocar os tambores. (Manuel Rivas) Mexan sobre nós e temos que dicir que chove. (Castelao) Díxenlle á rula: Pase miña señora! E foise polo medio e medio do outono por entre as bidueiras sobre o río. (Álvaro Cunqueiro)

La leyenda de la Barca de Piedra de San Xoán da Misarela


En el cauce del río Barbanza, en la parroquia de San Isidro de Posmarcos, ayuntamiento de A Pobra do Caramiñal, La Coruña, a escasos metros de la confluencia de este río con el llamado Río das Pedras, y enfrente de las ruinas del que fue monasterio de San Xoán da Misarela, puede verse varada una barca de piedra granítica de unos cinco metros de eslora. 

"A la orilla del río se ve una piedra que 
llaman el Barco, y dicen que en él vino 
San Juan... (Sarmiento, Mr.Fr., 1745)"

Cuenta la leyenda de la Barca de Piedra de San Xoán da Misarela, que esta es la barca en la que llegó a aquel lugar San Xoán de la Misarela, el fundador del eremitorio de la Misarela. Mientras el santo remontaba el río lo perseguían los moros, y la providencia dispuso llenar el río de grandes piedras (de ahí le nacería el nombre al río de las Piedras) para protegerlo de sus perseguidores. 

San Xoán da Misarela ha sido monasterio o eremitorio de benedictinos, después se le dió a los franciscanos, pero como no podían subsistir allí se fueron a fundar a la Puebla del Deán o a sus cercanías.

Estos moros míticos tenían en ese lugar un pozo sin fondo del que por veces salían encantos. Hay más leyendas gallegas de barcos de piedra aparte de esta San Xoán da Misarela, como la de la Virgen de la Barca de Muxía, la de San Andrés de Teixido y la de la barca de piedra del Apostol Santiago en Padrón son las más conocidas. 



Este tipo de relatos sobre barcos de piedra son muy comunes en las tierras de Irlanda y en la orilla atlántica, y debieron ser acercadas hasta Galicia por religiosos bretones que se instalaron y fundaron iglesias en las cercanías de las costas gallegas.

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