Cultura Galega Adiós, ríos; adiós, fontes; adiós, regatos pequenos; adiós, vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos. (Rosalía de Castro) Comería a túa alma coma quen come un ovo doce novo, perfecto microcosmos no seu óvalo de nacre. (Estíbaliz Espinosa) Idioma meu, homilde, nidio, popular, labiego, suburbial e mariñeiro, que fas avergoñar ó burgués, ó señorito i o tendeiro. (Manuel María Fernández) Ás veces fáltannos palabras e ás veces sóbrannos, ás veces fáltanos o tempo de dicilas e ás veces pásanos o tempo de calalas. (Baldo Ramos) Os soños cantan coa gorxa xeada, como esclavos fan tocar os tambores. (Manuel Rivas) Mexan sobre nós e temos que dicir que chove. (Castelao) Díxenlle á rula: Pase miña señora! E foise polo medio e medio do outono por entre as bidueiras sobre o río. (Álvaro Cunqueiro)

El oso de Salcedo


El lunes de carnaval, a eso de las cinco de la tarde como cada año desde que hay memoria, llegará a los barrios de Salcedo, en A Pobra do Brollón, el oso prendido por sus cuidadores. Hace de oso a un hombre cubierto con pellejos de cordero, adornado con cencerros, armado con tizones y la cara cubierta con una mascarilla de oso.

 Cuando los criados lo sueltan, o cuando consigue librarse de ellos, el oso se acuna en las charcas y luego, con la ayuda de sus criados, persigue a los viandantes para mancharles en la cara con ceniza o brea. En otros tiempos, al parecer, también tiznaba a las mujeres nuevas en el vientre.

El oso de Salcedo

Aunque la fiesta del Oso de Salcedo es única en Galicia tiene paralelos bien documentados en toda Europa, desde Euskadi hasta Romenia, Italia o Alemania. Con el tiempo, en muchos de estos lugares fue desapareciendo, por lo que es impagable la perseverancia de los vecinos de Salcedo que supieron conservar desde quien sabe cuando este singular rito, enmarcado dentro de las fiestas propias del ciclo del carnaval.

Son muchas las conjeturas y teorías que tratan de explicar la simbología de esta fiesta aunque es probable que, como es lógico, el ritual fuera perdiendo claves por el camino. En los Pirineos, en el Piamonte y en el Valle de Aosta se celebraban fiestas idénticas a la de Salcedo. 

En algunos lugares se hacían entre el uno y dos de febrero, que es la fecha en la que el oso sale de su retiro invernal para observar la luna. Si hay luna llena, el oso se recoge de nuevo por cuarenta días; en cambio, si hay luna nueva, sale al exterior pues interpreta que ya llegó la primavera. El oso, con su comportamiento, anuncia el cambio de estación tan deseado para una sociedad agraria.

El oso de Salcedo

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