Cultura Galega Adiós, ríos; adiós, fontes; adiós, regatos pequenos; adiós, vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos. (Rosalía de Castro) Comería a túa alma coma quen come un ovo doce novo, perfecto microcosmos no seu óvalo de nacre. (Estíbaliz Espinosa) Idioma meu, homilde, nidio, popular, labiego, suburbial e mariñeiro, que fas avergoñar ó burgués, ó señorito i o tendeiro. (Manuel María Fernández) Ás veces fáltannos palabras e ás veces sóbrannos, ás veces fáltanos o tempo de dicilas e ás veces pásanos o tempo de calalas. (Baldo Ramos) Os soños cantan coa gorxa xeada, como esclavos fan tocar os tambores. (Manuel Rivas) Mexan sobre nós e temos que dicir que chove. (Castelao) Díxenlle á rula: Pase miña señora! E foise polo medio e medio do outono por entre as bidueiras sobre o río. (Álvaro Cunqueiro)

La meiga de Reirado


Este suceso ocurrió en la parroquia de Reirado, en el ayuntamiento de Alfoz, Lugo. Al parecer, una tarde, una joven de Reirado estaba alindando las vacas cuando pasó por allí una mujer que tenía fama de bruja. 

El hecho en sí fue, que cuando al anochecer ordeñaron las vacas, una de ellas en lugar de leche, echó un líquido rojo como la sangre. Este líquido lo echaron en un cacharro y lo pusieron al fuego pero en lugar de hervir y echarse por fuera del cacharro, subía y subía como si fuera espuma pero no se esparramaba ni una gota. 

El padre de la chica le preguntó a ella si había pasado alguien por el lado de ella cuándo estaba alindando, a lo que la joven le respondió diciendo que había pasado "la bruja". Entonces el señor dejó la "sangre" un poco al fuego, después la vació en una piedra o adoquín en el suelo, cogió una cuerda y le pegó con ella. 

Luego sacó un tizón del fuego y también lo metió unas cuantas veces como si quisiera quemarlo. Al dia siguiente por la mañana llegó por allí un vecino, y el dueño de la vaca lo preguntó:

—E ¿viche-la meiga por aí hoxe?
—Ta, ta —contestou o veciño— ¿e non sería vostede quen lle deu unha tunda? Porque ver vina toda envolta e encuruxada coma se levara queimaduras pola cara e toda degolada que case non podía andar.
O dono das vacas riuse polo baixo e rosmou:
—¡Poidera ser! ¡Poidera ser!»

-Y ¿viste la bruja por ahí hoy?
¿-Ta, ta -contestó el vecino- y no sería Usted quien le dio una paliza? Porque ver la vi toda envuelta y la cara como si estuviese llena de quemaduras.
El dueño de las vacas se reía por abajo y refunfuñó:
-¡Pudiera ser! ¡Pudiera ser!»

Si te ha gustado no dudes en compartir y twittear para que tus amigos conozcan todas las tradiciones y leyendas gallegas. Si además te suscribes a Cultura Galega podrás recibir todas nuestras novedades en tu email. 

Porque Galicia es única y aculturadegalicia.com también.





-