Cultura Galega Adiós, ríos; adiós, fontes; adiós, regatos pequenos; adiós, vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos. (Rosalía de Castro) Comería a túa alma coma quen come un ovo doce novo, perfecto microcosmos no seu óvalo de nacre. (Estíbaliz Espinosa) Idioma meu, homilde, nidio, popular, labiego, suburbial e mariñeiro, que fas avergoñar ó burgués, ó señorito i o tendeiro. (Manuel María Fernández) Ás veces fáltannos palabras e ás veces sóbrannos, ás veces fáltanos o tempo de dicilas e ás veces pásanos o tempo de calalas. (Baldo Ramos) Os soños cantan coa gorxa xeada, como esclavos fan tocar os tambores. (Manuel Rivas) Mexan sobre nós e temos que dicir que chove. (Castelao) Díxenlle á rula: Pase miña señora! E foise polo medio e medio do outono por entre as bidueiras sobre o río. (Álvaro Cunqueiro)

La leyenda de Santa Marta de Babío


Según cuentan los más viejos de la parroquia de Santa Marta de Babío, en el ayuntamiento de Bergondo, La Coruña, hay una leyenda gallega que se remonta allá por finales del siglo XIX o princios del XX. 

En una casa de Santa Marta de Babío falleció uno de los señores que la habitaba junto con sus hermanos. De allí a poco tiempo la casa recibía una curiosa visita todas las noches. Una luz bajaba por el monte donde está situado el camposanto y se ponía encima del tejado de la citada casa hasta que se hacía de día y luego desaparecía.

Los vecinos del lugar pronto comenzaron a hablar del hecho en las tabernas, ferias, supermercados, asombrados por lo que estaba sucediendo en la parroquia. Así, cada noche eran muchos los que acudían cerca de la casa a ver esa extraña luz que bajaba por el monte desde el cementerio hasta posarse encima de la casa. 

Para muchos, aquello metía miedo. A oscuras y en plena noche se veía una luz en un lugar donde no había farolas, muy brillante, que bajaba del monte donde está el camposanto y se dirigía a la casa.

Este suceso duró algunos años, hasta que no quedó nadie de esa familia. Luego la luz desapareció igual que apareció, sin dejar rastro ni explicación posible.



Hoy en día son muy pocos los que vivieron este hecho, pero aun hay gente mayor en Santa Marta de Babío que se acuerda de estes hechos y que no se les olvidará en la vida.

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