Entre los años 407 y 410 llegan a Gallaecia varios miles de germanos de la tribu sueva y firman con un debilitado Imperio Romano un tratado por el cual asumen el control político de este territorio. El primer rey suevo, Hermerico, estableció relaciones feudales con los jefes de las diferentes tribus galaicas, convirtiéndose en el primer rey feudal de la Europa Medieval, y su reino, el Galliciense Regnum, en el primer Estado europeo de la historia medieval.
Durante casi 200 años, la Dinastía Real Sueva gobernó eficientemente el reino de Gallaecia, creando un sistema monetario nacional galaico, una iglesia nacional galaica, y una política exterior de alianzas estratégicas con Borgoña y Constantinopla, en el Imperio Romano de Oriente. Durante el reinado de la monarquía sueva se alcanzo también la máxima expansión territorial histórica del Reino galaico, anexionando nuevos territorios en parte de la Hispania Bética, conquistando parte de la Lusitania, y saqueando las principales ciudades de la Hispania Tarraconensis.
Reino de Gallaecia
La dinastía sueva perdió la corona del Galliciense Regnum cuando el Rey Andeca de Gallaecia fue derrotado en batalla por el rey visigodo Leovigildo en el año 585. Substituyendo a la Casa Real Sueva, la dinastía de los visigodos se convertió en una nueva monarquía del Reino de Gallaecia, que siguió manteniendo su estructura institucional, como recuerda el título del Rex visigodo Leovigildo, rey de “Gallaecia, Hispania y Narbonensis", o la carta del Papa Gregorio Magno al posterior rey visigodo Recaredo, llamándolo "Rey de los Godos y de los Suevos”. La dinastía visigótica sólo pudo gobernar el Reino de Gallaecia durante poco más de un siglo, ya que se desintegró políticamente con la invasión árabe de Hispania en 711.
Bandera del Reino de Gallaecia
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