Cultura Galega Adiós, ríos; adiós, fontes; adiós, regatos pequenos; adiós, vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos. (Rosalía de Castro) Comería a túa alma coma quen come un ovo doce novo, perfecto microcosmos no seu óvalo de nacre. (Estíbaliz Espinosa) Idioma meu, homilde, nidio, popular, labiego, suburbial e mariñeiro, que fas avergoñar ó burgués, ó señorito i o tendeiro. (Manuel María Fernández) Ás veces fáltannos palabras e ás veces sóbrannos, ás veces fáltanos o tempo de dicilas e ás veces pásanos o tempo de calalas. (Baldo Ramos) Os soños cantan coa gorxa xeada, como esclavos fan tocar os tambores. (Manuel Rivas) Mexan sobre nós e temos que dicir que chove. (Castelao) Díxenlle á rula: Pase miña señora! E foise polo medio e medio do outono por entre as bidueiras sobre o río. (Álvaro Cunqueiro)

La leyenda de los Raqueiros y Praieiros, auténticos piratas de tierra.


Tanto raqueiros como praieiros eran auténticos piratas de tierra. Los primeros, más sanguinarios, solían asesinar a los náufragos, ya que los muertos no hablan. Los praieiros, simplemente provocaban el naufragio y esperaban en una playa, previo estudio de las corrientes, a que la carga del barco llegase a tierra.

Su modo de operar era muy simple: en las noches de tempestad, liberaban vacas con candiles en los cuernos, de modo que el barco que navegaba frente a la costa, al ver la lucecita moverse, creía que había otra nave o población muy cerca. De esta manera, el barco se aproximaba más a la costa para protegerse, sin darse cuenta de que estaba a aproximarse a peligrosas rocas y a un final seguro.

Aunque los piratas de tierra de Galicia son los más famosos, hay constancia de la existencia de los mismos en Bretaña, Cornualles, Irlanda y en el País de Gales. Se piensa que, como ocurría en la piratería marítima, los piratas de tierra tenían establecidos sistemas de información entre ellos. Así, el paso de barcos con certas mercancías por delante de estos territorios ya era conocido antes de que el navío llegara a determinada zona. Es curioso observar que todos estos polos de piratería terrestre tienen un denominador común: la raíz finisterrana y céltica, así como las antiguas relaciones entre todos estos pueblos.

Ilustración de Raqueiros.

La explicación de estas prácticas de piratería es muy simple; las primitivas vías de comunicación (hasta los años 1950 no llegan las carreteras de asfalto), la incomunicación de las aldeas y la falta de relaciones con la gente del exterior, una base económica dependiente de la pesca, y la dureza del invierno en estas tierras (podía pasar mucho tiempo sin salir al mar), causaba que un buen modo de asegurar el sustento fuera este tipo de piratería.

De igual manera, la existencia de los "derechos de naufragio", que daban derecho al señor feudal a un porcentaje del valor de los bienes del barco naufragado, hacía que se acogieran estas prácticas y que estuvieran casi legalmente protegidas por el dueño de las tierras, ya que para el noble suponía unos ingresos que de otro modo no conseguiría. Incluso se habla de la información a los raqueiros por parte del señor, a fin de que se hicieran con el botín.

Todavía hoy se pueden oir muchas historias sobre sucesos con este tipo de gentes, los raqueiros; gentes que, según las leyendas, nadie conocía, pero que sí existían y utilizaban la noche para moverse por sus propios caminos buscando posibles presas.

Ilustración de un barco aproximandose a las rocas

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