Diseñado por el ingeniero Rafael de la Cerda, dicen los expertos que el faro de isla de Rúa es igual al que este mismo diseñó para la isla de Ons (desaparecido con la reforma), con igual distribución e idéntica torre.
Su construcción, contratada mediante subasta el 25 de Noviembre de 1864, contó con un presupuesto de 231.454,64 reales. Encaramado sobre las piedras redondeadas, el edificio es un rectángulo de sillería con el color de su piedra. Cuenta con dependencias para tres personas que, en su origen, fueron del ingeniero y los dos torreros encargados del servicio del faro.
Encendido por primera vez el 18 de marzo de 1869, su plano focal quedaba a 14m. sobre el terreno y a 26m. sobre las aguas. La linterna, Sautter, era de luz blanca y fija, con una lámpara de aceite controlada por dos torreros. En 1879 se sustituyó aquella lámpara por una Marus de mecha única. La operación obligó a cambiar la linterna por la octogonal de 1,80m. que había lucido en el faro de la isla de Sálvora. A esas transformaciones se añadió un mecanismo de pantallas de la casa B.B.T para producir 2+1 ocultaciones, y una lámpara de dos mechas.
El 11 de Junio de 1920 se dispuso por Real Orden que el alumbrado pasara a hacerse por acetileno y que la apariencia definitiva pasara a ser de 2+1 destellos de luz blanca, con un sector de 90º con luz roja para cubrir los bajos de Touzas y Lobeira Chica, y señalar los riesgos ocultos hacia Vilagarcía y Santa Uxía.
La mencionada orden hizo necesario un destellador AGA de llama desnuda con quemador de treinta litros por hora, alimentado por dos acumuladores AK-50. El aparato óptico se conservó sin el basamento y el juego de pantallas. Los problemas comenzaron entonces, pues ni se consiguió el alcance que se pretendía, ni se logró evitar que los cristales se empañaran. La solución, un sistema Dalen que reemplazó al antiguo y al que se adaptó el tambor dióptrico de 300mm. que había estado funcionando en la baliza de Tenlo Chico en la isla de Tambo.
El resultado fue tan bueno que los torreros que atendían el faro dejaron de ser imprescindibles. La última reforma tuvo lugar en 1993 y consistió en la aplicación de energía fotovoltaica para una instalación de óptica.
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