El tipo de casa castreña más abundante es de planta circular, a la que se le puede añadir un vestíbulo. También se pueden encontrar construcciones de tipo cuadrangular, sobre todo en época romana.
Las casas castreñas presentan unas dimensiones reducidas, siendo las de circular de unos 4 o 5 metros de diámetro y las cuadrangulares un poco más grandes. Cabe destacar que es muy poco frecuente encontrar divisiones dentro de las mismas, por ello, los vestíbulos servirían para paliar el reducido tamaño de la vivienda, con la simple prolongación de los muros frente a la entrada de la vivienda. Poseen una sola planta y suelen ser de entre 2 y 3 metros de altos. Apenas poseen ventanas, por lo que la ventilación de la vivienda se realiza a través de la puerta.
En su construcción utilizaban la mampostería, ejecutada normalmente con piedras poco voluminosas y asentadas en seco o con tierra. La cubierta de la vivienda sería cónica en las de planta circular y a dos aguas en las de planta cuadrángular. Para cubrirlo utilizaban ramas y paja recubiertos de barro. El pavimento más frecuente en la casa castreña es a base de tierra pisada.
En la gran mayoría de las casas castreñas se encendía un fuego directamente en el suelo, situando alrededor del mismo piedras para mantener los pucheros. En otras casas castreñas había lugares específicos para el fuego, muchas veces en el centro, pero tampoco es raro encontrarlos también junto a la pared o incluso fuera de la vivienda.
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