Cultura Galega Adiós, ríos; adiós, fontes; adiós, regatos pequenos; adiós, vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos. (Rosalía de Castro) Comería a túa alma coma quen come un ovo doce novo, perfecto microcosmos no seu óvalo de nacre. (Estíbaliz Espinosa) Idioma meu, homilde, nidio, popular, labiego, suburbial e mariñeiro, que fas avergoñar ó burgués, ó señorito i o tendeiro. (Manuel María Fernández) Ás veces fáltannos palabras e ás veces sóbrannos, ás veces fáltanos o tempo de dicilas e ás veces pásanos o tempo de calalas. (Baldo Ramos) Os soños cantan coa gorxa xeada, como esclavos fan tocar os tambores. (Manuel Rivas) Mexan sobre nós e temos que dicir que chove. (Castelao) Díxenlle á rula: Pase miña señora! E foise polo medio e medio do outono por entre as bidueiras sobre o río. (Álvaro Cunqueiro)

La sombra del peregrino de Santiago de Compostela


Esta, es una curiosa leyenda de la sombra de un peregrino, que desde hace siglos, al anochecer, aparece en la Plaza de la Quintana. Existen dos versiones de la leyenda y aquí os las relatamos.

La Historia de Amor del Sacerdote y la monja de clausura:

La primera es una triste historia de amor, que relata que un sacerdote, enamorado de una monja de clausura que vivía en el Convento de San Pelayo , cruzaba todas las noches un pasadizo secreto existente bajo la Plaza de la Quintana que unía la Catedral, con dicho Convento.

Un día, el sacerdote, cansado de esta situación, propuso a su amada que se escaparan juntos, y así poder comenzar una nueva vida y disfrutar libremente de su amor.

La citó en la Plaza de la Quintana la siguiente noche, y allí se presentó ataviado con vestimentas de peregrino para no llamar la atención, pero su amada nunca apareció y nunca más supo de ella…..

Noche tras noche , sin excepción, el enamorado sigue acudiendo a su cita y vuelve a la plaza, esperando a que llegue su amada.

Sombra del sacerdote "peregrino" en la plaza de la Quintana, Santiago de Compostela


La historia del Peregrino Leonard du Revenant:

Esta historia está relacionada con el Camino, y es que antiguamente, muchos presos, o delincuentes con diversas condenas, podían conseguir la indulgencia e incluso el indulto total, con la condición de peregrinar a Santiago de Compostela y demostrar un arrepentimiento real y devoción a Santiago Apóstol.

Por tanto, esta imagen tenebrosa, podría ser la de un peregrino francés, de alta alcurnia llamado Leonard du Revenant, hijo de un noble de París, y cuya historia transcurrió allá por el Siglo XV.

Leonard fue acusado de matar a su padre con la única motivación de heredar su fortuna.

Tras ser juzgado y condenado a muerte, el Duque de Borgoña intercedió ante los tribunales, (en París se rumoreaba que el Propio Duque podría ser su verdadero padre), y así pues gracias a su ayuda consiguió conmutar la pena de muerte con la imposición en su lugar, de realizar la peregrinación a Santiago para redimir su pecado, lo cual le conllevaría automáticamente el poder recuperar su honra, y como no, también poder heredar los bienes y riquezas familiares de su difunto padre en el Condado de Paris.
Leonard comenzó su peregrinación desde tierras francesas, pero al poco de cruzar los Pirineos, no pudo resistirse a los encantos de una hermosa posadera, así que se enfrentó al novio de la joven y lo asesinó de forma cobarde, esperándole oculto en el bosque, y atacándole a traición.

Luego, raptó a la bella muchacha, la violó y la asesinó.

Buscado por las autoridades, consiguió huir disfrazado de Monje Franciscano, y tras muchas dificultades, consiguió llegar a Santiago de Compostela ataviado con ropas de peregrino.

Ante el miedo a ser descubierto o identificado, esperó a las primeras sombras de la tarde para acceder a la ciudad, pero se encontró a esas horas con que las posadas estaban repletas, y no encontró lugar para cobijarse y pasar la noche.

Pensó que lo mejor sería acercarse a la Catedral y dormir pegado a sus muros, pues así con el amanecer podría acceder al interior de la Basílica, y que las autoridades eclesiásticas certificaran el perdón de sus pecados, la indulgencia, y así finalmente poder reclamar la herencia familar.

A la entrada de la Puerta Real, y bajo la Torre del Reloj, se durmió. Pero en medio de la noche, y en sueños se le apareció el espíritu de su difunto padre, que le dijo:

<<Leonard, hijo mío

con tu peregrinación a Santiago de Compostela quedas redimido de la pena por mi muerte puesto que yo te he perdonado, 

Pero cumplirás condena por los dos jóvenes a los que has asesinado vilmente en tu viaje.

Así pues, hasta que sus almas no peregrinen a Compostela y te muestren su perdón, no podrás abrazar al Santo Apostol>>.



Leonard, se levantó asustado, y desenvainó su espada para atacar al espíritu de su padre, pero éste fue mas rápido, y clavó la suya en el pecho de su hijo.

Desde ese día, el espíritu de Leonard du Revenant noche tras noche, desde hace 6 siglos, monta guardia delante de la Puerta Real, aguardando paciente a que sus víctimas peregrinen a Compostela y le salven de su triste destino.

Sonbra del Espiritu de Leonard du Revenant, en la plaza de la Quintana, Santiago de Compostela.

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