Cultura Galega Adiós, ríos; adiós, fontes; adiós, regatos pequenos; adiós, vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos. (Rosalía de Castro) Comería a túa alma coma quen come un ovo doce novo, perfecto microcosmos no seu óvalo de nacre. (Estíbaliz Espinosa) Idioma meu, homilde, nidio, popular, labiego, suburbial e mariñeiro, que fas avergoñar ó burgués, ó señorito i o tendeiro. (Manuel María Fernández) Ás veces fáltannos palabras e ás veces sóbrannos, ás veces fáltanos o tempo de dicilas e ás veces pásanos o tempo de calalas. (Baldo Ramos) Os soños cantan coa gorxa xeada, como esclavos fan tocar os tambores. (Manuel Rivas) Mexan sobre nós e temos que dicir que chove. (Castelao) Díxenlle á rula: Pase miña señora! E foise polo medio e medio do outono por entre as bidueiras sobre o río. (Álvaro Cunqueiro)

Ceramica de Sargadelos, ceramica de Galicia


La cerámica de Sargadelos es una famosa cerámica elaborada en Sargadelos (en el municipio lucense de Cervo, Galicia, España). La primera fábrica fue creada a principios del siglo XIX por Antonio Raimundo Ibáñez y que tras varias generaciones acabó cerrando en 1875. A partir de mediados del siglo XX Sargadelos forma parte de un grupo de empresas del sector, el grupo Sargadelos —al que pertenece igualmente la cerámica de Castro-Sada— gracias al impulso del ceramista Isaac Díaz Pardo, basada en coloraciones en tonos azulados.

Ceramica de Sargadelos

Antonio Raimundo Ibáñez, notable enciclopedista de familia hidalga de escasos recursos, dedicado desde muy joven a negocios de importación y exportación, introdujo inovaciones tecnológicas para sus fábricas. Asentado en Ribadeo, inició una industria siderúrgica, y en el año 1806 creó conjuntamente una manufactura de cerámica que estuvo en sus primeros tiempos dedicada a la fabricación de loza fina para vajillas con estampación e influida de la loza inglesa, en aquel tiempo muy valorada. En 1808, tras el éxito de la inauguración de la fábrica de cerámica, Carlos IV le condecoró con la Cruz de Carlos III, otorgándole los títulos de marqués de Sargadelos y conde de Orbaiceta.

Como consecuencia de la guerra de la Independencia y sus sucesos revolucionarios, Antonio Raimundo Ibáñez fue asesinado el año 1808, sucediéndole en el cargo de la fábrica su cuñado Francisco Acevedo, quien contrató para la dirección de la misma al portugés Antonio Correa de Saa.

A partir de esta nueva dirección la fábrica produjo un tipo de cerámica decorada con filetes en rojo y azul y escudos en oro. Correa decidió en 1829 montar su propia fábrica por lo que la dirección de Sargadelos recayó en esa fecha en Hilario Marcos. Las vajillas de ese tiempo eran realizadas en blanco, sin ser posible la competencia con las piezas inglesas, deseo de su fundador. Al pasar la propiedad de la fábrica a José Ibáñez por la muerte de su padre en 1832, se formó una sociedad con el sevillano Antonio de Tapia con el fin de emprender de nuevo «la fabricación de loza fina», contratándose como director al inglés Richard, cargo que ejerció hasta 1842. Durante este tiempo murió prematuramente José Ibáñez y su viuda debió ponerse al frente ya que su hijo era menor; debido a la débil situación económica de la empresa tuvo que arrendarla en 1845.

Ceramica de Sargadelos

La fábrica de cerámica pasó por cuatro etapas, cada una con sus características, cerrándose definitivamente en 1875. En el último tercio del siglo XX resurgió la manufactura de cerámica en Sargadelos, ocupando edificios nuevos y respetando las ruinas antiguas como conjunto Histórico–Artístico, nombramiento que le fue dado en 1972.

Ibáñez contó en primer lugar con la materia prima necesaria que se encontraba además muy cercana: arcillas, caolines, leña, cursos de agua. Tenía además muy próximo el puerto de San Ciprián para enviar desde allí los productos a lugares lejanos, imitando así la iniciativa inglesa.

La creación de la fábrica de cerámica en 1806 supuso un nuevo sistema de producir, introduciendo el proceso mecánico que vendría a sustituir la pieza hecha a mano, con lo que se intentaba además abaratar los precios. La pintura a mano fue sustituida igualmente por el moderno sistema de estampación, importado de Bristol (Inglaterra). Los objetos se hicieron en loza fina, un producto intermedio entre la loza y la porcelana, un material duro y ligero a la vez, de paredes delgadas con cocción entre 1.100 °C y 1.200 °C. Tras la cocción el color resulta blanco y es entonces cuando se le aplica un barniz de plomo. Este sistema se diferencia de la loza en que en lugar de añadir arena a la pasta se añade sílice, feldespato, caolín y calcio, obteniendo resultados diferentes según las cantidades añadidas. Sobre esta pasta se superpone el estampado cuya técnica habían perfeccionado en 1761 John Sadler y Guy Green, en la fábrica de Liverpool.

Ceramica de Sargadelos

¡¡No lo olvides!!, Compartelo y suscribete para recibir todas nuestras novedades a diario.



-