Sucedió el 10 de mayo de 1911, en Legua Dereita, lugar perteneciente a la parroquia de Nete, ayuntamiento de Vilalba (en la imagen la casa de la víctima). Ese día uno vecino del lugar fue desollado en vivo por unos "sacamanteigas" (en gallego), hombres del unto o sacaúntos, como queramos llamarles, tan crueles y sanguinarios como los retratados en los clásicos del género. Creencias muy antiguas, enraizadas, que consideraban que el cuerpo humano y sus partes, órganos o fluidos, podían ser eficaces remedios curativos para determinadas dolencias están tras el mito que la realidad, como tantas veces, hizo verdad.
En Humanes, Madrid, la esposa del patrón llevaba un tiempo padeciendo un cáncer de piel que le afectaba al rostro. Los médicos no le daban esperanzas y un curandero que consultó le recomendó como último remedio posible poner sobre la parte enferma el pellejo de la cara de un hombre desbarbado, siempre y cuando la piel le fuera arrancada en vivo.
En el Crimen de Legua Dereita, en Nete, Vilalva, todos los implicados en el suceso eran vecinos y conocidos, incluso compañeros en la cuadrilla de segadores que iban a segar cada verano a las propiedades del esposo de la enferma. El patrón eligió como víctima a un hombre de Nete a llamado Cabarcos, un hombre corpulento pero que cumplía la principal recomendación del curandero, que fuera imberbe de cara. Y para ejecutar la macabra encomienda contrató a un tal Bautista de Ínsua, mayoral de la cuadrilla, sospechoso autor de otro crimen anterior y enemigo declarado de Cabarcos.
La casa abandona de la victima del crimen de Legua Dereita, en Nete, Vilalba.
El día 10 de mayo Bautista y tres compinches más lo detuvieron en el camino a Cabarcos entre Fonfría y la Legua Dereita. Les llevó tiempo doblegarlo; era mucho hombre aquel Cabarcos. Mientras lo desollaban, sus berridos debieron atronar de tal manera toda la llanura que lo tuvieron que terminar con dos tiros de escopeta por las costas. Cuando llegó la piel a Humanes unos dos meses después envolta en unos cueros de jamón, la enferma ya no la precisaba.
De los cuatro implicados, todos vecinos de las parroquias de Mechera y Ínsua, uno huyó a Cuba y los otros fueron detenidos aunque sólo Bautista fue condenado a 28 años de cárcel.
La casa en ruinasde la victima del crimen de Legua Dereita, en Nete, Vilalba
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