Joaquín Loriga y Taboada nació en San Martiño de Prado, ayuntamiento de Lalín, Pontevedra. Su familia era de tradición militar, los Taboada, y vivía en el pazo de Liñares. En 1912 ingresó en la Academia de Artillería de Segovia, realizando posteriormente el curso de habilitación para piloto en la promoción 1920-1921.
Joaquín Loriga
Se incorporó en 1921 al servicio de la aviación militar, fue ascendido a capitán y participó en la guerra del Rif. Destinado en Melilla, como jefe de la tercera escuadrilla, conoció a Eduardo González Gallarza, que años después le acompañaría en el vuelo Madrid-Manila. Por sus heroicas acciones en la guerra del Rif, en septiembre de 1923 se le otorgó la Medalla Militar junto a otros aviadores distinguidos, como Ramón Franco, Juan de Ortiz y su propio compañero Gallarza.
En 1924 fue destinado a la península, concretamente al aeródromo de Cuatro Vientos, entonces en los alrededores de Madrid, como jefe de la escuadrilla de clasificación. En 1926, Loriga pilotó el autogiro de Juan de la Cierva en su prueba inaugural desde Cuatro Vientos hasta Getafe.
El mismo año, el 5 de abril, inició con los capitanes Esteve y Gallarza el raid de Madrid a Manila a bordo de sendos Breguet XIX, aparatos biplazas de cabinas abiertas en tándem, a cada uno de los cuales acompañaba un mecánico. Se trataba de la Escuadrilla Elcano. La justificación del raid había sido que Filipinas, antigua colonia, aún mantenía lazos con la antigua metrópoli, existiendo todavía una gran cantidad de población española o de origen español, al tiempo que los tiempos de la colonia se recordaban como más benignos que los de la ocupación estadounidense.
Biplaza Breguet XIX
Los 18.900 kilómetros de recorrido estuvieron plagados de contratiempos. Se dividieron en 17 jornadas, las cuales fueron cubiertos en 33 días. Durante la etapa Trípoli-El Cairo, Esteve tuvo que dirigirse a Túnez debido a una avería en el motor. En la etapa Hanói-Macao, Loriga tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en Macao, debido a una avería, por lo que finalmente él y Gallarza tuvieron que seguir camino en el único aparato disponible hasta Aparri, primera escala en Filipinas, donde fueron clamorosamente recibidos. Aeroplanos del ejército de los Estados Unidos los acompañaron en la última escala, entre Aparri y Manila, donde recibieron un recibimiento multitudinario. Fueron nombrados "Hijos Adoptivos" de Manila y recibieron innumerables homenajes en los trece días de estancia en el país del Lejano Oriente, que tendrían su culminación días después a su regreso a España.
Escultura en honor a Joaquín Loriga.
En 1927 recibió junto a Ramón Franco, Ruíz de Alda y Gallarza la Medalla de la Liga Internacional de Aviadores, y atendiendo la petición de sus paisanos, viajó a Galicia. El 23 de junio de 1927 aterrizó con su avión en el Monte do Toxo (Lalín), donde una multitud acudió a recibirlo. Era el primer avión que tomaba tierra en Galicia. Poco después de regresar a Madrid, encontró la muerte en el aeródromo de Cuatro Vientos, al estrellarse el avión que pilotaba.
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