Maruxaina era una sirena, unos dicen que buena, otros que mala.
Al parecer una versión dice que era una sirena de la Marina lucense y que los marineros atraidos por sus cánticos melodiosos o por sus gritos, sufrían constantes naufragios en estas costas, especialmente en los acántilados de Os Farallóns.
La otra versión dice que Maruxaina era una sirena buena, que gritaba para avisar a los marineros de un posible naugragio.
Es mitad pez y mitad mujer. Vive en su palacio submarino, en las islas del Farallón, bajo el islote de Sombriza. En San Ciprián la consideran una protectora de los marineros, que pasa el tiempo vigilando y cuando va mal tiempo se sube a una piedra y desde allí se pone a gritar o a tocar un cuerno para dar aviso de que no se debe salir al mar.
Cada verano, en la localidad lucense de San Ciprián, se celebra una fiesta de interés turístico en honor a la sirena Maruxaina para hacer un homenaje a toda la gente que trabaja en el mar. La fiesta suele celebrarse el 2º fin de semana de agosto.
Cuando cae la noche, los marineros salen a buscar a la sirena Maruxaina para someterla a juicio. Se apagan las luces y sobre el mar se ve una lancha acercándose a tierra que porta a la conocida sirena. Todo el mundo acompaña a la comitiva con faroles y velas hasta el destino final, el enjuiciamiento en la plaza.
Ya en la plaza se le somete a juicio. Si se considera que el año ha sido malo se le declara culpable, se la quema y las fiestas concluyen. Si por el contrario sale inocente la fiesta continua con una gran 'Queimada'.
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