Levantado sobre una tierra de manzanos encontramos el Castillo de Maceda, en el ayuntamiento de Maceda, Ourense. Nunca se debe correr en un castillo y menos en el de Maceda, donde cualquier esquina puede llevar a cualquiera a la boca del lobo.
Con gran profusión heráldica enriqueciendo sus muros, también podemos encontrar otros símbolos de carácter más enigmático, a cuyos interrogantes se añade la sencilla grafía de esos signos tercamente instalados en lo hermético que son las marcas de canteiro. Suponemos que probablemente estos símbolos cuentan una historia.
Una historia en la cual un aprendiz de Rey, se inventó una lengua transformando en poema lo que la gente decía, y así se hizo con el apodo de Sabio. Aquí vivió siendo niño el autor de las Cantigas de Santa María, Alfonso X el Sabio. Procedía de una estirpe que cultivó las artes y la poesía en la época en que la lírica gallega alcanzó su primer esplendor.
El castillo fue la dote de la hija de Doña Teresa de Portugal y del conde de Traba, María Fernández, al casarse con Don Juan Ares de Nóvoa, de cuyo linaje proceden los Pedro Yáñez de Nóvoa, Gonzalo Núñez Deza y Gonzalo Pérez de Nóvoa. A mediados del siglo XVIII, Felipe IV creó el condado de Maceda, llevado a la grandeza de España en el siglo XVIII por Felipe V.
La historia del Castillo de Maceda está más relacionada con la vida cortesana que con la guerra, y esa característica se hace aún más evidente en la restauración llevada a cabo por la Xunta de Galicia.
No esperes más a visitar en Galicia castillos como este. Si te registras en Cultura Galega disfrutarás de todas las ventajas que ya disfrutan los usuarios registrados. También puedes descargar la APP de Cultura Galega del Play Store para disfrutar de todo nuestro contenido en tu dispositivo Android.
