Cultura Galega Adiós, ríos; adiós, fontes; adiós, regatos pequenos; adiós, vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos. (Rosalía de Castro) Comería a túa alma coma quen come un ovo doce novo, perfecto microcosmos no seu óvalo de nacre. (Estíbaliz Espinosa) Idioma meu, homilde, nidio, popular, labiego, suburbial e mariñeiro, que fas avergoñar ó burgués, ó señorito i o tendeiro. (Manuel María Fernández) Ás veces fáltannos palabras e ás veces sóbrannos, ás veces fáltanos o tempo de dicilas e ás veces pásanos o tempo de calalas. (Baldo Ramos) Os soños cantan coa gorxa xeada, como esclavos fan tocar os tambores. (Manuel Rivas) Mexan sobre nós e temos que dicir que chove. (Castelao) Díxenlle á rula: Pase miña señora! E foise polo medio e medio do outono por entre as bidueiras sobre o río. (Álvaro Cunqueiro)

La leyenda del navio Santo Cristo de Maracaibo que acabo en el fondo de la ria de Vigo


La leyenda del Santo Cristo comenzó hace casi 308 años cuando este imponente galeón llegó a tierras gallegas de América con otros barcos en una flota al mando del almirante y general Manuel de Velasco y Tejada. Su escolta francesa le había recomendado que se protegiera ante la cercanía de una flota enemiga procedente de Inglaterra y las Provincias Unidas. Sabían que venían navíos completamente cargados con el oro y la plata coloniales y estaban preparándose para interceptarlos y saquearlos. Las dos flotas entraron en combate el 5 de noviembre de 1702, nada más pasar el estrecho de Rande, de ahí salio el nombre de la ya famosa batalla de Rande en la que varios cientos de navíos acabaron hundidos en el fondo de la ría de Vigo.

La batalla rápidamente se decantó del lado inglés y neerlandés, que causó 4.000 muertos y heridos entre franceses y españoles. El barco fue apresado por el Montmouth, navío inglés de tercera categoría, dos puentes y sesenta y seis cañones, mandado por el capitán John Baker. Junto a él, navegaban varios tenientes, un pastor y trescientos ochenta y cuatro hombres. Dirigido por este capitán logró romper la estacada, apresó el Santo Cristo de Maracaibo y lo arrastró rápidamente, sin que los españoles pudieran hundirlo.

Navío de Santo Cristo de Maracaibo

Ya después de la batalla y con la nave en su poder, el capitán inglés hizo un inventario oficial de todo lo saqueado entre todos los barcos y se quedaron con casi todo el tesoro, repartiendo la carga entre los barcos más sanos y llenando el Santo Cristo, ya que era el galeón con mayor capacidad. Sin embargo, el desconocimiento de la zona por parte del capitán hizo que partiera hacia Gran Bretaña con marea baja el día 5 de Noviembre y el barco no pudo remontar y se hundió lleno de riquezas. Se calcula que sus bodegas guardaban una carga valorada en un millón de libras.

Según el relato de Baker perdió el navío al sur de las Cíes, haciendo este hecho que sufriera un consejo de guerra. Sus palabras textuales según la leyenda fueron: "saliendo del puerto de Vigo, el galeón chocó contra una roca y se despanzurró de tal forma que el agua penetró hasta el puente inferior".

¿Pero que ocurrió realmente? Para unos, el Maracaibo chocó contra el arrecife de los Castros pero ahí hay más de treinta y cinco metros de profundidad, para otros, el galeón de cinco metros y medio de calado, naufragó a las once de la mañana, es decir, cuando descendía la marea y los arrecifes al sur de Cíes tienen las siguientes produndidades: Castros, 9,50 m.; Gabotos, 6,30 m.; Forcados, a superficie; Cruz de Almena, 14,60 m.; Barrosa, 14,30 m.; Pez de Piedra Muerta, a superficie: Carrumeiros, 5 m.

Navío Santo Cristo de Maracaibo

Según la travesía del Montmouth, sólo el último pudo tocar el galeón, que no se hundió inmediatamente (se salvó la tripulación y se sacaron mercaderías) y debió derivar a causa de la marea. Del Maracaibo se sacaron muchas cosas: cajas de cochinilla y tabaco, piezas de sederías, fuentes con bandejas, platos, cucharas grandes y pequeñas, tenedores, candelabros, una torta de plata de siete libras de peso, sacos de dólares, objetos de plata, vestidos de niño, chalecos de hombre, abanicos, fardos de índigo... Pero todo estaba en la parte alta del galeón, de modo que la mayor parte de las riquezas se encuentran, aún, en el fondo del mar.

Un investigador asegura haber localizado, sin ningún permiso legal, el legendario galeón hundido en la ría de Vigo. La preciada carga del barco podría valer 3.500 millones de euros. Según Luis Valero de Bernabé, uno de los descubridores, están seguros al 99,9%. El cazatesoros no quiso ofrecer ningún dato más de su localización, para evitar «hacer el trabajo a otros» pero el tamaño del pecio, la extensión de los restos, los documentos del Archivo de Indias y del museo naval británico de Grennwich hacen estar seguro a Valero de Bernabé de estar en una pista cierta.

El primer contacto con los restos se produjo de casualidad, cuando el buceador Daniel Moraleja se encontraba en la zona realizando otros trabajos. Según sus comentarios se ven los cañones pero lo único que está bien es la parte que está enterrada. El resto ha sido destrozado por el mar. Dada la profundidad y la situación del buque, se cree aunque las autoridades están en total desacuerdo. Ya en el 2.004 dicen que se habían pedido permisos para analizar la zona y que cuando se localizó se notificaron sus coordenadas al Ministerio de cultura, pero sin embargo, las fuentes ministeriales niegan que se haya dado permiso alguno.

Tesoros que dicen que guarda el ya hundido navío de Santo Cristo de Maracaibo

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