Cultura Galega Adiós, ríos; adiós, fontes; adiós, regatos pequenos; adiós, vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos. (Rosalía de Castro) Comería a túa alma coma quen come un ovo doce novo, perfecto microcosmos no seu óvalo de nacre. (Estíbaliz Espinosa) Idioma meu, homilde, nidio, popular, labiego, suburbial e mariñeiro, que fas avergoñar ó burgués, ó señorito i o tendeiro. (Manuel María Fernández) Ás veces fáltannos palabras e ás veces sóbrannos, ás veces fáltanos o tempo de dicilas e ás veces pásanos o tempo de calalas. (Baldo Ramos) Os soños cantan coa gorxa xeada, como esclavos fan tocar os tambores. (Manuel Rivas) Mexan sobre nós e temos que dicir que chove. (Castelao) Díxenlle á rula: Pase miña señora! E foise polo medio e medio do outono por entre as bidueiras sobre o río. (Álvaro Cunqueiro)

San Pedro de Rocas


San Pedro de Rocas es quizá la joya arquitectónica más emblemática de la Ribeira Sacra: su origen, anterior al año 573, lo convierte en el templo más antiguo que tenemos, y todo en él resulta mágico. 

Hay leyendas sobre su fundación, sobre sus habitantes, sobre su entorno… La fuente de San Benito, por ejemplo, tiene la propiedad de curar las verrugas si metes en el agua la zona afectada mientras rezas un padrenuestro. Sea cierto o no, la fuente es realmente peculiar: el agua no llega a ella desde un manantial, sino desde la ladera, cayendo de forma natural. En en todo el entorno del monasterio hay canales excavados en la roca para recoger el agua, que llega a correr entre las tumbas, por lo que se cree que en tiempos inmemoriales en este templo hubo algún tipo de culto relacionado con el agua. 

San Pedro de Rocas

Terrible es otra leyenda, la de la pinga, que asegura que en San Pedro de Rocas se castigaba a las mujeres pecadoras dejando caer una gota de agua sobre su frente hasta que enloquecían.

San Pedro de Rocas es un lugar extraordinario y lleno de historia entremezclada de leyendas: tras su etapa pre-románica fue abandonado en el siglo VIII, debido a varios ataques musulmanes. En el año 1007 se escribe un documento que relata que un caballero llamado Gemodus encontró las ruinas del monasterio durante una cacería y decidió quedarse a vivir allí con sus acompañantes. 

¿Historia o leyenda? Sin nos ceñimos a los hechos contrastados sabemos que el origen del monasterio, como el de la mayoría de los de la Ribeira Sacra, es eremítico: se asocia a la llegada del cristianismo a Galicia. Su época de esplendor comienza con el rey Alfonso III de Asturias, el Magno, quien dotó al ya entonces cenobio de grandes donaciones que sus sucesores, Alfonso V en 1007, Alfonso VII, Fernando IV y Enrique III mantendrán… y aun aumentarán. En el siglo XII, un terrible incendio arrasa gran parte del monasterio, que fue rehabilitado, y en 1640 sufrirá otro: la obligada reforma le dará el aspecto que hoy conocemos.

Entre la iglesia y la casa rectoral hay ocho sepulturas antropomórficas excavadas en la roca, por lo que se cree que aquí estaba el claustro del monasterio pre-románico. La fuente de San Benito está tras pasar el arco del campanario, junto a la entrada del antiguo cementerio parroquial: siguiendo esa calzada se llega a la fuente. La iglesia actual es del siglo XII, y tiene sus tres naves y cabecera excavadas en la roca: es espectacular.

San Pedro de Rocas

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