En Cultura Galega, hemos querido saber cuales eran los lugares de Galicia que todo escalador debería visitar. Para ello, decidimos hablar con Rubén Suárez (1970), de la localidad de Negreira, La Coruña. Su necesidad de vivir la aventura le llevó a practicar la escalada, y así lleva haciéndolo más de media vida, aunque también tuvo su etapa de 'piragüista de augas bravas'.
Pozas de Melón, Ourense.
CG: ¿Cuantos años llevas practicando la escalada?
Rubén: 23 años escalando, pero la verdad, es más una enorme mezcla de inquietudes. La necesidad de vivir la aventura, aunque sinceramente no soy nadie excepcional. Más bien ocasional, pero siempre me ha encantado divulgar, expresar lo que siento en las cosas más relevantes que he conseguido llevar a cabo.
CG: ¿Cuando empezó tu afición por escalar y porqué?
Rubén: Fue muy curioso porque en Negreira jamás encontré la ocasión de sentir la escalada de cerca. Supongo que como muchos niños, sentía dentro de mí ese gusanillo por jugar a explorar. Mi primera actividad que relacioné directamente con la aventura, fue entrar en el recién creado club de piragüismo de Negreira, en 1984. Ese mismo año, viendo uno de los primeros programas de Al Filo de lo Imposible, con unos tipos que escalaban una larga pared de 1000 metros, supe que quería hacer lo mismo o algo parecido. No conocía a nadie, ni creía tener algo cerca donde poder desarrollar esa actividad. Apareció tres años más tarde un curso de la Diputación de iniciación al montañismo. Después, tan pronto conseguí un poco de dinero compré mi primera cuerda, mi primer arnés, un par de mosquetones y un descensor, y varios puentes desde los que me colgaba siguiendo las indicaciones de los libros, pasando algún apuro, je je je... y siendo autodidacta. Después llegaron los Picos de Europa y la montaña y eso ya fue un alucine de mundo, siempre solo hasta que hice mis primeras amistades en Cangas de Onís.
CG: ¿Tu última escalada?
Rubén: Mi última escalada fue en Perú, en el Nevado Pumasillo, en la Cordillera de Vilcabamba, eso en cuanto a nieve. En roca fue la cara oeste del Naranjo de Bulnes con mi maestro y gran compañero de escaladas. Sin Andrés Villar no hubiese hecho nada de cierto nivel, o tal vez sí, pero a saber en que pedrera hubiese terminado...
CG: ¿Tu mayor reto escalando?
Rubén: Creo que Pumasillo. Fue un proyecto muy grande. Tanto en dimensión, en todo lo que pretendimos abarcar, en el enorme nivel de dificultad y riesgo y algo, que por mi carácter romántico y anacrónico, me hizo organizar esa expedición siguiendo una bonita historia de un grupo de universitarios de Cambridge, que en 1957, alcanzaron su cumbre.
CG: ¿Como fue la experiencia de escalar el Pumasillo?
Rubén: Fue la de saber que en cualquier momento, uno podía desaparecer debajo de un serac porque se podría haber desprendido en esos momentos. Analizando el conjunto, la Expedición Pumasillo partía con dos objetivos, uno de roca y otro de hielo. Para la roca conseguí el mejor equipo: dos escaladores afincados en Cangas de Onís, Salvi Muñoz y Roberto de Paz junto con el médico y fotógrafo Juan Dalmau. Ellos sí hicieron una gran hazaña y solo leer su relato y ver sus vídeos pone los pelos de punta. Pasaron muchos días en una pared vertical de 400 metros, con muy mal tiempo pero el éxito de la cumbre. Sin embargo nosotros, el equipo de hielo, conseguimos seguir y descubrir la ruta de trekking que siguieron los ingleses hasta el Campo Base, a los pies de imponentes nevados como el Choquetacarpo, Mitre, Pumasillo, Lasunayoc y Sacsarayoc. ¡¡ Estos tres últimos son de puro miedo !! Aclimatamos muy bien y finalmente, de un equipo de seis, atacamos la montaña por su arista oeste cuatro andinistas: Andrés Villar, Jesús Montero, Luis Solla y yo. Instalamos un Campo Avanzado a 4.800 metros y a partir de ahí a moverse por el laberinto que supone un glaciar, escalar muros de hielo, rampas de 65º, alguna caída, abismos hacia la cara sur impresionantes, pero sobre todo comprobar como viejas fotografías no correspondían ya con la realidad debido a estos desprendimientos. Superamos una de las partes más técnicas, aunque quedaban otras no menos difíciles y expuestas. Un paso delicado en una grieta a 5.600 metros, sobre una cornisa y un profundo vacío hacia el glaciar sur, la nieve blanda que en esta zona te enterraba hasta la rodilla con un penoso avance y la coincidencia de la entrada de mal tiempo con viento fuerte, nos hizo pensar con la cabeza más que con la ilusión y decidir volver para abajo, que también tuvo su historia... Hay algo, además de la actividad en sí que siempre llama la atención, desgraciadamente en el peor sentido y es el enorme retroceso glaciar que se produce muy acentuado en Los Andes debido al calentamiento global.
CG: ¿Cual será tu próximo reto a escalar?
Rubén: ¿Mi próximo reto? Y no me gusta repetir la pregunta que me hacen. No lo sé muy bien. Creo que algo habrá cercano, pero si puedo pedir, será el Cervino1 que ya lo hemos hablado. No sé si la arista Mittelgi o la Cara Norte. Según me vea, porque no estoy escalando mucho últimamente, sin perder la actividad del todo, pero no como antes. Además, como ya dije, me pueden muchas inquietudes y la palabra "aventura" abarca muchas cosas que significan descubrir. ¿Sabe? Lo más importante que hay en la vida es, sencillamente, vivir !! Me preocupa que últimamente duermo más...
CG: ¿Un consejo a los principiantes en la escalada?
Rubén: Yo fui autodidacta, no encontraba a nadie. Era un extraño en mi pueblo que se movía casi a escondidas para que mis padres no se enterasen de lo poco que hacía. Pero hoy en día es muy fácil. Hay muchos grupos de escalada con los que contactar. Ahora mismo acaba de abrir en Santiago un excepcional rocódromo indoor. Mi mejor consejo es la prudencia aunque yo no la haya seguido mucho. Una pared, una montaña, un río siempre está para volver. Y algo importante encontrar a ese compañero de cordada. Recuerdo una vez en Ponte Ulla que fui con mucha ilusión a hablarles a un grupo que también había aparecido por allí y poco menos que me despreciaron.
CG: ¿Qué 10 lugares de Galicia recomiendas a todo escalador?
Rubén: No podría enumerar 10 lugares porque no los he visitado. He hecho mis cosas pero la inmensa mayoría cerca de casa. Nuestros rocódromos construídos en los puentes de Ceilán en Outes; los castros de Baroña en O Son, Monte Xalo, Punta Nariga en Malpica, Canteira do Eume en As Pontes; Faro Budiño en O Porriño pero sobre todo A Pedra Serpal en los montes de San Xoan do Carballoso entrando desde Negreira hacia Outes y el Monte Pindo donde he abierto algunas de las vías de escalada más largas de Galicia y dos bonitas agujas, una cerca la cima de A Moa, con la vía "Océano" y otra lisa y con escalada en artificial en frente a Cova da Xoana, la Aguja Ni y su vía "El anillo de los vientos" porque no se imagina como sopla ahí el viento dando vueltas en redondo como un anillo. Sin embargo, mi otro mundo fuera de la escalada son los barrancos y de esos, tenemos la enorme fortuna de poder disfrutar unos cuantos y para todos los niveles, empezando por el espectacular río Xallas, en Dumbría, o el Barranco de Riberiños, en Mazaricos.
Rubén Suárez.
Si te gusta la escalada, te recomendamos que visites el blog de Rubén Suárez.
1 El Cervino es una de las cimas más altas de los Alpes con casi 4500 metros de altitud. Está localizada en la frontera entre Suiza e Italia.
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