En Portecelo, Xove, Lugo, se levanta un edificio de piedra construido en el siglo XVIII, de gruesos muros, muy bien recubierta y con unas vistas hacia el mar de envidia, pero el caso es que ni su propietario ni los antepasados de estés vivieron en ella.
En esta siniestra casa pasaron y siguen pasando cosas muy extrañas. Se cuentan muchas historias sobre ella que pondrían los pelos de punta a cualquiera.
Una vez, una cuadrilla de fornidos hombres durmieron en ella, pero al día siguiente aparecieron del otro lado de la cama donde se acostaran y con los cordones de las botas atados los unos a los otros.
La casa encantada de Portecelo
También se cuentan que el ganado que en la siniestra casa metían aparecía con gotas de sudor sobre cada pelo de su cuerpo.
Una mañana de invierno un hombre de Viveiro quedara con el propietario de la casa para ir a pescar calamar, y vio como en la casa había apilada mucha leña como para alguien que pensaba pasar el invierno en ella, se lo contó al propietario y cuando volvieron no había nada.
Hace poco metieron en ella patatas para plantar de un tamaño normal y al día siguiente aquellas eran tan pequeñas como un huevo de paloma.
Casa encantada de Portecelo
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